Tu posición sexual favorita revela rasgos escondidos de tu personalidad

Se acerca el momento que tanto esperabais. Vais a casa, os miráis intensamente, apagáis la luz y os quitáis, poco a poco, la ropa... y después de besos y caricias, hay que tomar una decisión rápida: ¿te pones encima? ¿o mejor debajo? No, espera... ¿por detrás?
Puede que pienses que tomas esta decisión de forma racional, pero la verdad es que ,aparte de tus instintos, tus miedos, traumas e inseguridades juegan un papel crucial.
perrito
El Kama sutra, probablemente el texto sobre artes amatorias más famoso del mundo, tiene un total de 64 posturas para hacer el amor. Pero, siendo sinceros, a la hora de la verdad no solemos practicar más de tres o cuatro... Las posturas más comunes son las más fáciles de realizar, pero también las que mejor se adaptan a nuestra personalidad y estilo de vida. Cada decisión que tomamos en la cama está ligada al inconsciente, a miedos, traumas y a experiencias personales que definen nuestra forma de ser. No seas tímido y confiesa: ¿cuál es tu postura favorita?
1. Misionero

Él: has escogido la postura más tradicional. En ella te mantienes en tu zona de confort, y así evitas tomar riesgos. Puede que seas inseguro en algunos aspectos de tu vida, pues necesitas sentirte cómodo y seguro en la cama, aunque también te gusta tomar el control de la situación. Estás hecho para relaciones serias y duraderas, pues sueles ser fiel a tu pareja. No eres de los que persiguen sus sueños ni toma muchos riesgos en su vida. Aunque esto no te hace menos intenso, un poco de acción en tu vida y en la cama no estaría mal... y tu pareja te lo agradecerá.
Ella: para ti, el sexo es un acto íntimo que realizas con alguien con quien tienes una conexión especial. Te decantas más por la monogamia que por tener varias parejas, por lo tanto, si tienes sexo con alguien, esperas crear lazos duraderos con esta persona. Además, sueles seguir las reglas sin cuestionarlas demasiado: esto te aporta seguridad, aunque quizá a tu vida le falte un poco de rebeldía a veces... especialmente en la cama. Prueba a realizar otras posturas, como la cucharita: seguirás estando cómoda pero le darás otro enfoque al juego.
2. Ella encima

Él: es la postura más cómoda para ti. Casi toda la acción depende de ella, mientras que tú no tienes que hacer casi ningún esfuerzo. Estás sometido a sus deseos, pero a la vez dominas la situación desde abajo. No te gustan los compromisos ni gastas mucha energía haciendo cosas que no te afectan directamente a ti. Sin embargo, no siempre obtienes los resultados que esperas. Para cambiar eso tienes que involucrarte más: a veces esforzarte por los demás también tiene su recompensa... y en la cama, aseguran buenos orgasmos a ambos, que es de lo que se trata el sexo.
Ella: en esta postura te muestras en todo tu esplendor; no hay lugar para complejos. Eres una persona valiente, extrovertida y segura de sí misma. Nunca te preocupó lo que los demás piensen de ti; te sientes a gusto tal y como eres. Tienes una personalidad fuerte y no dudas en pelear por aquello que quieres. Aunque no dudas en ayudar a los demás, al final el máximo beneficio te lo llevas tú. Aunque esto es muy positivo, a veces también está bien "bajarse" del pedestal y ver las vistas desde abajo ;-)
3. Perrito o "doggy"

Él: esta postura requiere cierto grado de sometimiento en la pareja. El romanticismo no va contigo: te gusta tener el poder y no dudas en hacer uso de él. Puede que sufrieras algún tipo de rechazo o trauma en tu adolescencia, o simplemente eres muy atrevido y sabes sacar tu lado más animal en la cama. Esto está muy bien en la intimidad, sobre todo si a tu pareja le gusta ese juego de sometimiento, pero asegúrate de dejar esa actitud en la cama y no llevarla en tu día a día. Ah, y por cierto, a veces una caricia o un poco de ternura puede hacer que tu pareja no se sienta como un trozo de carne.
Ella: a simple vista das la impresión de ser una persona seria y reservada... pero cuando las luces se apagan y es el momento de la acción, te conviertes en una loba: atrevida y sin miedo a desatar tu instinto animal. Eres segura de ti misma y estás acostumbrada a que te den lo que quieres aunque, por otra parte, esta postura también indica sumisión. Quizá piensas que haces lo que quieres pero en realidad simplemente aceptas lo que hay sin rebelarte. Aunque lo de dejarte someter está muy bien en la cama, ¡no dejes que eso ocurra fuera de las sábanas!
4. Cucharita

Él: esta es una de las posturas más románticas, pues dejas de lado la parte animal. Eres un hombre tierno y dulce, que no tiene miedo a comprometerse con su pareja. Es posible que tengas baja autoestima, pero por otro lado, eres apasionado y buscas complacer a tu amante. Aunque esta postura refleja tu dulzura, no estaría mal subir la temperatura de tu vida y de tu cama, porque ya sabes, el sexo va de estar calientes, ¿no? ;)

Ella: eres una persona optimista y das buenas vibraciones. Los demás saben que pueden confiar en ti y a ti te encanta ser la persona de confianza. No tienes miedo de crear lazos afectivos con los demás, por eso te sientes a gusto en esta postura tan íntima. Prefieres la dulzura a la pasión, y los abrazos siempre están bien, aunque puede que a veces falte un poco de picante entre tanto dulce... si te va lo de la estar de espaldas, ¿por qué no pruebas el perrito?

5. De pie

Él: a ti te mueve la acción y las cosas que te suponen un reto. Tener sexo de pie no es tarea fácil, pero desde luego sube la temperatura hasta del Polo Norte. Como esta postura puedes hacerla en casi cualquier lugar, es probable que seas un aventurero y un poco travieso. Pensar que te puedan pillar en cualquier momento te pone a mil. Está bien arriesgarte, pero ten cuidado porque, a veces, sufres las consecuencias. Aunque con esta postura puedas hacer gala de tus horas pasadas en el gimnasio, ten en cuenta que no es la más cómoda para tu pareja... si no es una acróbata, claro.

Ella: eres de carácter fuerte y decidido, no te dejas imponer por otros. A menudo a los demás les cuesta seguirte el ritmo, y eso te desespera. Prefieres un momento de intensidad que estabilidad durante un periodo de tiempo, y eso es genial, aunque es posible que en algún momento te canses de vivirlo todo al máximo y prefieras la tranquilidad de algo fijo. Si te aburres de hacerlo de pie y decides ir a la cama, prueba a ponerte encima: seguirás teniendo el poder y estaréis un poco más cómodos, ¿no?

¿Te has sentido identificado? Si no es el caso, no desesperes: cada persona es un mundo, sobre todo en el ámbito de la sexualidad. Pero lo que está claro es que hay una razón detrás de cada cosa que haces y cada decisión que tomas, y eso también se puede ver en la cama. Solo tienes que prestar un poco de atención y analizarte a ti mismo. ¿Por qué esta postura y no la otra? Observando nuestro comportamiento en la búsqueda del placer podemos descubrir cosas de nosotros mismos que nos sorprenderán.